domingo, marzo 25

Antes de juzgar, juzgarse a si mismo



Amar perdonando. El amor de Jesús es un amor que libera, y prueba de ello es el evangelio de este domingo. Ya iniciado el otoño, la misa del mediodía se llena de familias que van a escuchar la palabra de Dios. Y ya con muchos niños en la liturgia infantil, quienes al volver de su actividad nos trajeron un hermoso regalo, con la leyenda: "Dejamos las piedras para regalarnos el perdón, el amor y ..." (unos chocolates que no siempre llegaron).

Recordamos en este 5° domingo de cuaresma en el evangelio Jn8, 1-11 cuando los Fariseos prueban a Jesús al invitar a apedrear a una mujer pecadora. Jesús, quien conoce la ley, les dijo: "Aquél de ustedes que no tenga pecado, que arroje la primera piedra". Es complejo para los parámetros que nosotros manejamos este amor que libera, pues mas bien sabemos del amor que posee. El amor de Jesús en cambio sobrepasa el pecado y la ofensa.

Debemos separar el acto que está mal, de la persona que lo realiza, nos recuerda el Padre Simon, pues allí comienza la misericordia. La santidad que nos pide el Señor, comienza con la misericordia. Cuando vemos estos ejemplos, debemos vernos nosotros en nuestros actos de amor y de perdón. Le pedimos al Señor la gracia de ver en su ley de amor, una ley que libera y no una que ata, y así poder también decir: Yo tampoco te condeno. Esto puede ser mas importante para la salvación de un hermano.