domingo, agosto 5

Ser ricos, a los ojos de Dios

El evangelio y las lecturas de este domingo, tratan el tema de la riqueza humana versus la riqueza que Dios quiere para nosotros. En una hermosa ceremonia, en que se destacó el nivel de 5° básico por su preparación y dedicación para celebrar la misa.
Tanto lecturas como el evangelio, nos invitan a reflexionar respecto al tema de la acumulación de riquezas. Las personas que allí aparecen (Lectura del libro de Eclesiastés) hace unos 2.200 años atrás se lamentan de la vanidad. El hombre se lamenta de que al momento de tener fortuna, debe dejarlo en herencia, y el lamento es dejarle a sus hijos, quienes no han aportado nada. También está aquel cuyas tierras han producido tanto, que debe construir un nuevo granero para acumular, sin saber que pronto morirá. Empieza a fijar sus esperanzas cuando ya no le queda tiempo. Son dos hombres con interrogantes con respecto de la vida, y no saben como hacerlo, porque no pensaron antes que hacer con sus vidas.
La invitación es a cada uno de nosotros, a que pensemos antes y bien, y que tengamos cuidado con aquello que nos aleja del señor, tal como la codicia, la vanidad, las ganas de acumular, las ganas de tener poder.
El padre Agustín Tapia nos invitó a pensar en comunidad, y en especial respecto de las desigualdades que existen en el mundo y en nuestro país. Las lecturas de hoy, nos dijo, son un inicio de ¿cómo debemos educar a nuestros hijos?, ¿con qué valores?. El señor nos ama y quiere darnos un proyecto de vida, en el cual el único camino es el amor. Le pedimos al Señor que su amor se anide en nuestros corazones, en nuestra comunidad y en nuestra sociedad.